Nuevas perspectivas cognitivas
La exposición con prevención de respuesta (EPR) ha sido considerado el tratamiento de elección para el trastorno obsesivo-compulsivo (TOC); sin embargo, los datos clínicos así como diferentes investigaciones, han demostrado que existe un gran número de pacientes que no se benefician de dicho tratamiento poniéndose en duda su eficacia (Salkovskis, 1989; Salkovskis & West- brook, 1989).
Desde la Teoría de los Cuatro Factores de Eysenck (1997) se derivan aplicaciones prácticas para el tratamiento del TOC, en las que se resalta el papel que desempeñan los sesgos atencionales e interpretativos centrados en los pensamientos intrusos. Se presenta el caso de un varón de 27 años de edad que cumple criterios diagnósticos para el TOC (APA, 2000).
El objetivo de la intervención fue la reducción de la frecuencia e intensidad de la sintomatología obsesivo-compulsiva así como aumentar la sensación de control acerca de los pensamientos intrusos no deseados y la reducción de la medicación. Para ello aplicamos un tratamiento de orientación cognitivo-conductual basado en la eliminación de los sesgos atencionales e interpretativos centrados en los pensamientos intrusos. La evaluación se realiza mediante una entrevista especializada semiestructurada (ADIS- R; Rachman, 2003; Steketee, 1999) y se aplican los siguientes instrumentos: el Inventario de Situaciones y Respuestas de Ansiedad (ISRA; Miguel-Tobal y Cano- Vindel, 2002), el Inventario de depresión de Beck (BDI; Beck, Ward, Mendelson, Mock y Erbaugh, 1961), la escala de Yale-Brown (Y-BOCS; Goodman et al., 1989), el Inventario de Creencias y Obsesiones de Valencia (IVOC; Belloch, Morillo, Carrió y Cabedo, 2002) y el Inventario de Actividad Cognitiva en los Trastornos de Ansiedad, subescala para el TOC (IACTA-TOC; Cano- Vindel y Miguel-Tobal, 2004).
Los resultados arrojan reducciones significativas en la frecuencia de obsesiones así como la remisión total de compulsiones. Observamos reducciones significativas en los tres sistemas de respuesta de ansiedad. Los cambios se mantienen en el seguimiento realizado a los doce meses.